Laura Luengos Caselles
Durante
años se han trasladado plantas y animales a lugares del que no
pertenecían surgiendo así una mezcla de las especies, además de
una adaptación al medio; pues bien con mi obra “Un pedazo de
Asturias” quise hacer algo similar, trayendo un trozo de un lugar
tan verde como es Asturias a un lugar seco como es Madrid, es como un
intercambio climático, en el que el césped tiene que sobrevivir a
este clima seco.
El
césped verde también es un símbolo de la persona que cambia de una
zona a otra y nota las diferencias con respecto a su lugar de origen;
el césped es un extraño en esa zona, todo es desconocido para el
tanto el suelo como el aire, no ha nacido ahí y se nota.
Esta
obra tiene un cierto sentimentalismo, el sentimiento que tenemos las
personas de fuera cuando cambiamos de lugar, sobretodo el cambiar de
un lugar muy verde y muy lluvioso a un lugar seco, sentimos el cambio
igual que lo siente la naturaleza.